Cuando Venezuela volvió a ser Venezuela; la ruptura con la Gran Colombia y el nacimiento de un país
La historia de la Gran Colombia es también la historia de los sueños que intentaron unir a tres territorios bajo un mismo proyecto político. En 1819, con la Ley Fundamental, Venezuela pasó a integrarse con el Virreinato de Nueva Granada y la Provincia Libre de Guayaquil, a la que posteriormente se sumaría la Audiencia de Quito. Era una apuesta ambiciosa que buscaba consolidar la libertad recién conquistada y dar forma a una gran nación americana.
El Congreso instalado en Angostura se trasladó luego a Cúcuta, donde en 1821 se sancionó la Constitución de Cúcuta, la cual definió la organización del nuevo Estado. Simón Bolívar fue elegido presidente por mayoría, mientras que Francisco de Paula Santander asumió la vicepresidencia. Desde ese momento coexistieron dos estilos de gobierno y dos visiones para el futuro; Bolívar representaba el centralismo necesario para sostener una nación tan vasta, mientras que Santander defendía un modelo más federal, cercano a la autonomía regional.
Mientras el Libertador continuaba la campaña por el sur, logrando la independencia de Perú y la creación de Bolivia, la Gran Colombia avanzaba en reformas clave: regulaciones comerciales, organización institucional y la abolición de la esclavitud. Sin embargo, bajo la superficie crecían tensiones difíciles de conciliar. Las diferencias económicas entre los territorios, la falta de infraestructura, la distancia geográfica, las identidades particulares y los intereses políticos comenzaron a abrir grietas profundas.
En Venezuela, el sentimiento de autonomía ganaba terreno. Para muchos, el control desde Bogotá resultaba distante y poco eficaz. Esta inconformidad tomó forma en 1826 con La Cosiata, movimiento liderado por José Antonio Páez y apoyado por amplios sectores de la sociedad venezolana. El mensaje era claro: Venezuela deseaba ser escuchada, respetada y gobernada desde sus propias necesidades.
Para frenar el desorden, Bolívar asumió poderes extraordinarios y gobernó por decreto en 1828. Aun así, el rumbo separatista ya estaba marcado. En noviembre de 1829, la ruptura se hizo irreversible y, en mayo de 1830, se instaló en Valencia el Congreso que daría nacimiento jurídico a una nueva nación. Allí se elaboró la constitución que dejó atrás el proyecto colombiano y dio vida al Estado de Venezuela.
Así terminó una unión creada con grandes ideales, pero incapaz de sostenerse frente a las realidades políticas y sociales de la época. Y así comenzó una nueva etapa en la historia venezolana; una etapa donde el país volvió a mirarse a sí mismo, a definir su identidad y a recorrer su propio camino.
En Venaventours.com seguimos contando las historias que dieron forma a esta tierra; porque viajar por Venezuela también es viajar por su memoria.
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