La Divina Pastora es uno de los íconos religiosos más importantes de Venezuela y un símbolo profundo de fe, esperanza y devoción para millones de creyentes dentro y fuera del país. Es patrona de Barquisimeto y protagonista de una de las procesiones marianas más multitudinarias del mundo, celebrada cada 14 de enero; un día en el que la imagen sale desde el pueblo de Santa Rosa y recorre las calles de la capital larense acompañada por una inmensa marea humana.

A lo largo del año, la imagen permanece en la Iglesia de Santa Rosa, donde recibe visitas constantes de fieles que acuden a agradecer, pedir favores o simplemente contemplarla. Sus vestidos —más de cien trajes cuidadosamente elaborados— se renuevan cada quince días, una tradición que forma parte del cariño que el pueblo larense le brinda desde hace casi tres siglos.

Una devoción que nació en Sevilla
El origen de la advocación de la Divina Pastora proviene del capuchino Fray Isidoro de Sevilla (1662-1750), inspirado en el capítulo 10 del Evangelio de San Juan, donde Jesús se presenta como el Buen Pastor que cuida a su rebaño. Fray Isidoro pidió al pintor sevillano Miguel Alfonso de Tovar que plasmara a la Virgen como pastora, rodeada de ovejas, irradiando amor y protección.

El 8 de septiembre de 1703, esa imagen fue presentada en procesión por primera vez en Sevilla, dando inicio a una devoción que se expandió rápidamente por Europa y América.

La devoción llega a Venezuela
En 1706, siete frailes capuchinos andaluces llegaron a Venezuela y comenzaron a difundir esta advocación mariana por los campos de misión. Con el paso de los años, la devoción tomó fuerza en distintas regiones.

En 1740, el sacerdote venezolano Sebastián Bernal entronizó la imagen de la Divina Pastora en la Iglesia de Santa Rosa, donde permaneció desde entonces como protectora espiritual del pueblo. Desde aquel momento, indígenas, criollos, pardos y blancos acudían para pedir favores y agradecer milagros.

El terremoto de 1812: un hecho que marcó la fe
El 26 de marzo de 1812 un devastador terremoto sacudió gran parte del territorio venezolano. La Iglesia de Santa Rosa colapsó completamente… excepto la capilla donde reposaba la imagen de la Divina Pastora. Este hecho fue considerado por la comunidad como un milagro y la devoción se fortaleció aún más.

La peste del cólera y el nacimiento de la procesión
En 1855 la peste del cólera afectó fuertemente la región. Ante la tragedia, los sacerdotes locales decidieron llevar la imagen de la Divina Pastora en súplica por la salud del pueblo. Al llegar a Barquisimeto comenzaron a registrarse curaciones atribuidas a su intercesión.

El 14 de enero de 1856, como acto de agradecimiento, se llevó nuevamente su imagen a la ciudad. Desde entonces, cada 14 de enero, millones de fieles reviven este acontecimiento en una procesión que hoy supera el millón de asistentes; un verdadero río humano que acompaña a la Pastora por más de cincuenta parroquias hasta su regreso a Santa Rosa, en vísperas del Domingo de Ramos.

Un símbolo de identidad para Lara y para Venezuela
La Divina Pastora no es solo un ícono religioso; es también una manifestación cultural profundamente arraigada en Lara. Su presencia marca el calendario espiritual de los larenses, sus vestidos representan el amor de su pueblo y sus recorridos llevan mensajes de fe, esperanza y caridad.

Los versos escritos hace más de un siglo por la Sociedad de la Divina Pastora resumen el sentimiento popular:

Hermosa Virgen de Cabellos de Oro
a quien el hombre en su dolor implora;
tú eres el cielo sin igual tesoro
y dulce aliento del que triste llora.

El infeliz que cruza sollozando
su sendero de espinas y de abrojos,
en tus consuelos plácidos confiando
fija en ti, Virgen, sus nublados ojos.

Por eso el pueblo que venera tanto
tu imagen sin igual, encantadora,
henchido de esperanza y amor santo
se arrodilla ante ti, bella Pastora.

Desde Venaventours.com honramos esta tradición que forma parte de nuestra identidad nacional; un recordatorio de que la fe también recorre caminos, une corazones y mantiene encendida la luz de la esperanza.