Las Lomas de Cubiro son uno de esos lugares que parecen hechos para respirar, contemplar y reencontrarse con la naturaleza. Ubicadas a pocas horas de Barquisimeto y con un clima fresco que oscila entre los 17 y 20°C, estas lomas verdes ofrecen una experiencia que combina paz, vistas espectaculares y una sensación permanente de libertad.

Quienes visitan Cubiro con frecuencia sienten que este rincón del estado Lara tiene algo especial; una energía serena que invita a caminar sin prisa, a sentarse sobre el pasto, a mirar las montañas y simplemente disfrutar del presente.

El camino hacia la montaña
El recorrido desde Barquisimeto es parte esencial del encanto de este destino. Al salir de la ciudad, el paisaje urbano pronto da paso a terrenos áridos poblados de tunas y chivos, una transición sorprendente que muestra la diversidad del estado Lara.

Para llegar, se debe tomar la vía hacia Quíbor. En el trayecto, muchos viajeros suelen detenerse en Tintorero, famoso por su artesanía y por sus hamacas y sillas tejidas de excelente calidad. Si se desea una experiencia artesanal aún más amplia, La Tinaja es una parada casi obligatoria; un laberinto de artesanías donde cada visita parece demasiado corta.

Pasando la redoma de La Tinaja comienza el ascenso hacia Cubiro. El camino de montaña —en buenas condiciones— permite subir sin necesidad de vehículos rústicos. Aquí, lo ideal es bajar los vidrios, apagar el aire acondicionado y dejar que la brisa fresca acompañe el recorrido. A lo largo de la vía se encuentran algunos miradores improvisados; breves espacios donde es posible detenerse para admirar la majestuosidad del paisaje.

Un destino que crece
En los últimos años han comenzado a aparecer nuevas cabañas de hospedaje, integradas discretamente en el entorno y ofreciendo alternativas cómodas para quienes desean quedarse más tiempo en la zona. Su arquitectura y colores aportan vida y diversidad al paisaje rural.

Turismo con conciencia
Las Lomas de Cubiro son un destino sumamente visitado durante temporadas altas, especialmente vacaciones y fines de semana largos. La belleza del lugar atrae a cientos de personas; sin embargo, esto también genera retos importantes.

En días de alta afluencia, la loma puede saturarse de vehículos hasta casi bloquear el paso. Aunque existen zonas habilitadas para estacionar, no son suficientes para la demanda. Por ello es recomendable llegar temprano, evitar estacionarse en zonas no permitidas y contribuir a que el ambiente se mantenga ordenado.

También es importante considerar el impacto ambiental. Las ventas informales y la música a alto volumen rompen la armonía del lugar, y lamentablemente muchos visitantes dejan basura en los espacios donde se sientan a descansar o acampar. Las Lomas de Cubiro son un refugio natural que merece ser cuidado; basta con llevar bolsas para recoger nuestros desechos y, de ser necesario, bajarlos nuevamente a la ciudad.

Gastronomía y tradición
Visitar Cubiro es también disfrutar de su comida típica. Las fresas con crema, las cachapas recién hechas y los hervidos calientes son parte fundamental de la experiencia. Son sabores sencillos, auténticos y profundamente ligados a la vida agrícola de la región.

Un destino para volver
Las Lomas de Cubiro no son solo un paisaje; son una vivencia. Cada visita invita a mirar más lejos, a respirar más profundo y a reencontrarse con lo esencial. Es un destino para ir sin prisa, para disfrutar en familia, para mirar el atardecer en silencio o para saborear una cachapa mientras el viento frío acaricia la piel.

En Venaventours.com celebramos estos lugares mágicos que hacen de Venezuela un país único; y Las Lomas de Cubiro, con su encanto natural y su espíritu tranquilo, es uno de esos rincones que siempre vale la pena visitar y, sobre todo, cuidar.