El Zambo Juan Canelón; leyenda viva del coleo en Duaca
En Duaca, municipio Crespo del estado Lara, vive un hombre cuyo nombre se confunde con la historia misma del coleo venezolano; Juan Canelón, el célebre Zambo Juan Canelón. Personaje popular, respetado y querido, es considerado una verdadera leyenda de los toros coleados, deporte que lo vio brillar en las mejores mangas del país.
Con su sombrero característico y siempre masticando chimo, todavía puede encontrarse en su casa de Duaca; testigo silencioso de anécdotas, triunfos y tardes memorables. El 28 de septiembre arribó a los 104 años de edad, y como justo homenaje, la manga de coleo de Barquisimeto lleva su nombre; un reconocimiento que lo inmortaliza en el corazón del llano y de la afición.
Cuando se le pregunta por las diferencias entre el coleo de ayer y el de hoy, responde con sabiduría y picardía: antes era más popular; ahora es más técnico. Recuerda que en sus tiempos se podían colear hasta veinte toros en una sola tarde; hoy las nuevas reglas y el carácter más reglamentado del deporte han cambiado el ritmo de las jornadas. Aun así, sonríe y comenta que ahora también hay “muchos loquitos por ahí”, dejando ver que el coleo sigue siendo pasión y carácter.
Hablar de sus caballos es tocar una fibra muy especial en su memoria. Afirma sin dudar que su mejor equino fue La Cervatana; una yegua con la que logró grandes triunfos. También recuerda con cariño a La Reliquia y a El Rocío; este último lo vendió por cinco mil bolívares a un capitán de Caracas, cifra que en su momento decía mucho del valor y la calidad del animal.
Entre sus rivales y compañeros de faena menciona nombres que todavía resuenan en la memoria coleadora; Jesús María Vásquez, Flabio Arrieta, Jesús María Piña, Marcial Garmendia; todos buenos coleadores y buenos amigos, como él mismo subraya. Eran tiempos de honor en la manga, de competencia fuerte pero respetuosa, donde cada tarde se convertía en una fiesta popular.
Hoy, cuando le preguntan si aún asiste a las tardes de toros, responde con humor que ahora casi todo es de noche y él se acuesta temprano. Su risa sincera recuerda que, aunque el cuerpo ya no acompañe igual, el espíritu coleador nunca se jubila.
También le preguntan si tuvo muchas novias en su época de coleador; confiesa que sí, pero que al final una tocuyana se llevó “el trofeo grande”; su esposa Ananías Pérez, con quien tuvo ocho hijos y con la que comparte su vejez con ternura y complicidad.
El 28 de septiembre, su pueblo le rindió homenaje con caravana, serenata y afecto sincero en su Duaca natal. Aspira a seguir viviendo unos años más, y cada día que pasa se convierte en un capítulo adicional de una vida que ya pertenece a la memoria colectiva del estado Lara.
Historias como la del Zambo Juan Canelón son parte del tejido cultural que venaventours.com quiere seguir mostrando al mundo; rostros, voces y leyendas que hacen del turismo venezolano mucho más que paisajes; lo convierten en encuentro con personajes únicos y auténticos que mantienen vivas nuestras tradiciones. Visitar Duaca es también acercarse al recuerdo de este gigante del coleo; un hombre sencillo cuyo nombre seguirá sonando cada vez que en una manga se baje un toro al barro.
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