En San Francisco de Yare; estado Miranda; cada Jueves de Corpus Christi ocurre una de las celebraciones más emblemáticas y poderosas del imaginario religioso venezolano. Los Diablos Danzantes de Yare son una expresión de fe antigua; un ritual en el que hombres y mujeres pagan promesas a través de la danza; reafirmando la victoria del bien sobre el mal.

La víspera de Corpus Christi; al mediodía; los promeseros realizan una práctica sin usar todavía sus trajes demoníacos y recorren algunas calles del pueblo. Ya en la noche acuden al sector El Calvario para participar en el Velorio del Santísimo Sacramento; una velación que ocurre de manera simultánea con el Velorio de los Diablos Danzantes. Esta doble velación es una característica particular de Yare.

Al amanecer del jueves; los danzantes visitan el cementerio para rendir homenaje a los diablos fallecidos. Luego se congregan en la entrada de la iglesia para escuchar la misa. Al finalizar; se realiza la emotiva juramentación de los nuevos danzantes frente al Primer Capataz; la Capataza y el sacerdote. El Arreador guía a cada promesero hacia el altar mientras el sacerdote les pregunta las razones de su promesa y el tiempo que dedicarán al cumplimiento de la misma.

Después de la juramentación; comienza la danza ritual en las calles del pueblo. Los trajes vibrantes; las máscaras de apariencia feroz y los cascabeles marcan el ritmo de un ritual que mezcla fe; tradición y simbolismo. La danza representa el sometimiento del mal ante la presencia del Santísimo Sacramento. Cada movimiento es una plegaria en movimiento; una afirmación colectiva de devoción.

La festividad está organizada por las Sociedades del Santísimo. Cada miembro cumple jerarquías; responsabilidades y pagos anuales destinados a mantener viva la tradición. Antes de danzar; los diablos se protegen espiritualmente con rosarios; escapularios; cruces y oraciones. El ritual incluye además visitas a casas de miembros importantes; altares familiares y procesiones por el pueblo.

Los trajes son parte esencial del rito. Los danzantes visten pantalón; camisa y capas coloridas que llegan hasta las rodillas. Las capas llevan cascabeles y adornos que suenan al compás del baile. Las máscaras; hechas con diferentes materiales según la región; muestran rostros impactantes; demoníacos y multicolores que representan la lucha espiritual que da sentido a la festividad.

Cada año; miles de devotos; visitantes y estudiosos llegan a Yare para presenciar esta manifestación declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Es una tradición que une fe; arte y pertenencia.

Desde venaventours.com celebramos estas expresiones culturales que mantienen viva la identidad venezolana; honrando la riqueza espiritual que define nuestra historia y nuestras comunidades.