Posada Restaurant El Molinero De Juan
Un molino con historia y encanto. El Molinero de Juan es uno de esos lugares que parecen detenidos en el tiempo; un espacio donde la tradición andina sigue viva entre paredes gruesas de tapia y techos antiguos que conservan el alma del primer molino de trigo de Venezuela. Caminar por sus pasillos es descubrir historias contadas en voz baja por el viento frío; acompañado por el sonido lejano del río y el aroma a montaña húmeda. La propiedad es hoy un tesoro cultural en Escaguey; un punto de referencia para quienes viajan por la carretera Trasandina buscando sitios auténticos que mezclen historia; gastronomía y alojamiento. Su arquitectura rústica y su ambiente acogedor enamoran a quienes disfrutan de lugares con identidad propia. Aquí la experiencia comienza desde que llegas; con un entorno natural que te abraza y una atmósfera que te recuerda que estás en el corazón del verdadero páramo merideño.
Hospedaje acogedor en pleno páramo. El Molinero de Juan ofrece 12 habitaciones distribuidas cuidadosamente para recibir a familias pequeñas; grupos grandes y agencias de viaje que buscan comodidad y clima frío de montaña. Su capacidad total es de 33 personas; una ventaja ideal para grupos organizados que desean alojarse juntos en medio de Escaguey. La distribución es la siguiente; dos habitaciones cuádruples; cinco habitaciones triples; tres matrimoniales y dos dobles individuales; lo que permite crear combinaciones perfectas para cualquier tipo de grupo. Cada habitación mantiene una estética cálida con toques rústicos; cobijas gruesas; buena iluminación y ese ambiente íntimo de montaña que invita a descansar profundamente. Después de un día recorriendo Mucurubá; Cacute; La Culata o la ruta trasandina; llegar a estas habitaciones se siente como llegar a casa. Aquí dormirás arropado por la neblina; el silencio del páramo y la tranquilidad que solo Mérida sabe ofrecer.
Restaurant con sabor andino. El restaurant de El Molinero de Juan es una parada obligatoria para quienes viajan por la carretera Trasandina; un lugar donde la cocina casera y los sabores tradicionales se convierten en protagonistas. Los viajeros destacan sus platos servidos con generosidad y con ese toque hogareño que solo una cocina de montaña puede ofrecer. Sopas calientes; carnes jugosas; desayunos abundantes y preparaciones típicas forman parte del menú que enamora tanto a locales como a visitantes. El ambiente es familiar; amplio; iluminado y con vistas al verde del páramo; perfecto para disfrutar de una comida tranquila y reconfortante. Es también el punto preferido por muchos motorizados; ciclistas y grupos turísticos que buscan buena atención y comida sabrosa antes de continuar su ruta. Aquí se come bien; se conversa mejor y se siente ese espíritu amable que caracteriza a la gente andina.
Eventos rodeados de naturaleza. El Molinero de Juan cuenta con espacios ideales para celebrar eventos especiales que requieren un entorno natural y auténtico. Las montañas de Escaguey; la neblina y los jardines convierten cada celebración en un escenario mágico; perfecto para matrimonios íntimos; bautizos; cumpleaños; aniversarios y encuentros corporativos. El equipo del lugar tiene experiencia atendiendo grupos y organizando recepciones que destacan por su calidez y buena planificación. El restaurant ofrece opciones gastronómicas completas para eventos; creando ambientes memorables llenos de detalles y sabores tradicionales. El clima fresco del páramo; combinado con instalaciones amplias; hace que cada evento tenga ese encanto rústico que encanta a los invitados. Aquí los momentos importantes se celebran lejos del ruido; rodeados de naturaleza y con una energía especial que solo la montaña puede regalar.
La casa encantada y las leyendas de Escaguey. Uno de los elementos más llamativos de El Molinero de Juan es su famosa casa encantada; un espacio lleno de historia y relatos que han pasado de generación en generación. Muchos visitantes llegan por curiosidad; atraídos por las historias del antiguo molinero y por las anécdotas vividas por quienes han trabajado o se han hospedado aquí. La atmósfera antigua del molino; sus escaleras; la neblina espesa y los viejos corredores ayudan a alimentar ese misterio que tantos viajeros disfrutan explorar. Este toque de leyenda no es un susto; es parte del encanto del lugar y un atractivo turístico que lo diferencia de cualquier otra posada del páramo merideño. La casa encantada convierte la visita en una experiencia completa; donde historia; tradición y un poco de fantasía se unen para hacer de El Molinero de Juan un sitio único en Escaguey. Aquí no solo te hospedas; también vives una historia para contar.
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